Cuándo se recomienda valorar el suelo pélvico
¿Te has preguntado alguna vez si tu suelo pélvico te da señales inequívocas para echarle un vistazo?
Ante algunos síntomas y/o bajo condiciones determinadas, puede ser relevante hacer una valoración de tu suelo pélvico.
A continuación, te explico cuáles son las señales clave para saber si ha llegado el momento de pedir cita con tu fisioterapeuta para que te realice una exploración a fondo de tu suelo pélvico.
El suelo pélvico es un conjunto de músculos y tejidos que forman una red de soporte para la vejiga, el útero y el recto. Estos músculos trabajan para sostener estos órganos, asistir a su buen funcionamiento, pero el suelo pélvico también es una gran estructura estabilizadora dentro de la pelvis. Cuando el funcionamiento del suelo pélvico se altera, se producen disfunciones que se van a manifestar a través de diversos síntomas.
Estos son los síntomas más comunes de un suelo pélvico con problemas
- Se te escapa el pis al toser, estornudar, correr o saltar. Si esto te sucede, puedes estar padeciendo un problema conocido como incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE), de la que te hablo en el artículo Porqué se te escapa el pis cuando haces deporte. La IUE es el tipo de incontinencia más habitual, sobre todo en la mujer, y está directamente condicionada por la capacidad funcional de tu suelo pélvico. Así mismo, la fisioterapia de suelo pélvico es la herramienta número uno para empezar a tratarte.
- Sientes necesidad urgente y repentina de hacer pis y esto te sucede varias veces al día. Podrías estar ante un problema de urgencia miccional o vejiga hiperactiva. La valoración del suelo pélvico junto al seguimiento médico con tu urólogo/a, va a ser clave para mejorar esos síntomas tan incómodos.
- Has detectado dificultad para la lubricación y/o el orgasmo. Existen causas múltiples que pueden estar impidiendo que la respuesta sexual se desarrolle de manera cómoda y el estado de tu suelo pélvico es una de ellas.
- Te despiertas por la noche para hacer pis más de 2 veces. Nuevamente, tu vejiga puede estar jugándote una mala pasada, tal y como te explico en el artículo ¿Cuántas veces te despiertas para hacer pis? El suelo pélvico es una pieza central para darle estabilidad nocturna a tu vejiga.
- Tienes estreñimiento distal. En este tipo de estreñimiento, sientes deseo defecatorio, pero al sentarte en el WC, las heces no salen, tienes que empujar y puedes pasar mucho tiempo hasta que, finalmente, consigues evacuar un mínimo. El tono del suelo pélvico puede estar condicionando que tus deposiciones de manera que no salen porque el esfínter anal (suelo pélvico externo) no responde correctamente.
- Tienes infecciones de orina recurrentes y no siempre encuentran la bacteria que las provoca. Las infecciones recidivantes pueden desencadenar un incremento disfuncional y crónico del suelo pélvico, que se manifiesta "imitando" la sensación de una infección de tracto urinario inferior. De esto tienes más información aquí: Cómo afectan las cistitis a tu suelo pélvico.
- Sientes dolor en las relaciones íntimas. La dispareunia es una clásico de un suelo pélvico con problemas. El dolor asociado al coito o a los juegos sexuales que implican penetración vaginal o anal, suele estar producido por múltiples factores entre los que conviene destacar el estado del suelo pélvico.
- Tienes molestias o imposibilidad para usar un tampón, una copa menstrual o introducir un dedo en tu vagina. Estos casos son la versión extendida del dolor en las relaciones íntimas y también pueden considerarse dispareunia superficial.
- Tienes sensación de peso en el periné o sensación de ocupación vaginal. Es un síntoma claro de prolapso de órganos pélvicos o de daño en el nervio pudendo, pero sin una exploración precisa, no se puede dar un diagnóstico claro. Si este es tu caso, solicita una sesión de valoración para tu suelo pélvico con tu fisioterapeuta.
- Padeces dolor pélvico crónico o persistente. El dolor también es el resultado de factores multidimensionales, pero en cuanto al dolor pélvico, existe una clarísima y demostrada relación con el suelo pélvico. Dolor lumbosacro, dolor en el coxis, dolor difuso en cadera que no responde a ningún tratamiento, dolor encima del pubis… Hay que valorar también cómo está tu suelo pélvico porque puede ser el origen de tu dolor.
Es importante conocer los síntomas que indican que el suelo pélvico no está en su mejor momento, para que podamos prevenir problemas y tratar disfunciones que afectan a la calidad de vida.
Otros momentos vitales o condiciones médicas que requieren valorar tu suelo pélvico
Por otro lado, no solo es importante saber qué síntomas indican una lesión del suelo pélvico, también es importante entender cuándo es aconsejable evaluar tu suelo pélvico.
A lo largo de la vida, puedes pasar por momentos o situaciones en las que tu suelo pélvico es más susceptible de lesionarse:
- Estás buscando un embarazo, estás embarazada o has dado a luz. Los momentos relacionados con la gestación requieren un seguimiento regular para facilitar el embarazo o para mantener en buen estado de la musculatura abdominal y perineal durante el embarazo y en el posparto. Recuerda que embarazo y parto son dos de los principales factores de riesgo para tu suelo pélvico. Puedes leer más aquí: Embarazo y suelo pélvico.
- Has tenido un parto vaginal o un parto por cesárea. No tan solo el paso del bebé por el canal vaginal va a influir en el estado de tu suelo pélvico. Dar a luz por cesárea también requiere de la valoración y cuidados de una fisioterapeuta experta en suelo pélvico, tal y como te explico en Cuida tu cesárea con fisioterapia.
- Has pasado por algún tipo de cirugía abdominal o pélvica, por ejemplo, una histerectomía o una cirugía para reducir un prolapso. Revisar y tratar las cicatrices y el suelo pélvico será esencial para devolver la movilidad y la fuerza a todas las estructuras viscerales y miofasciales del abdomen y la pelvis.
- Te han diagnosticado de diástasis de rectos abdominales. La relación entre abdomen y suelo pélvico es esencial y ha de existir una sinergia de activación entre tu transverso abdominal y el elevador del ano. Esta sinergia de coactivación es uno de los elementos clave para recuperar la funcionalidad de la pared abdominal en casos de diástasis de rectos. El tratamiento de la diástasis implica valorar y tratar también a tu suelo pélvico.
- Estás en etapa perimenopáusica o ya se te ha retirado la menstruación. Los cambios hormonales van a influir en el estado de tu suelo pélvico. El descenso de estrógenos y de andrógenos incidirá en la fuerza y el tono de tu suelo pélvico, de manera que en esta etapa eres más proclive a padecer incontinencia, urgencia miccional o dolor en las relaciones sexuales.
- Sufres patologías, síndromes o enfermedades inflamatorias que afectan a la zona abdominal o genital, como la endometriosis o la vulvodinia. Muchas condiciones médicas que generan inflamación generalizada y alteración de la función del intestino, la micción o la menstruación, van a tener síntomas colaterales de afectación sobre el suelo pélvico. La fisioterapia es una gran estrategia para aliviar el dolor asociado a estas patologías.
- Has pasado por tratamientos contra el cáncer, como tratamientos hormonales, fármacos inhibidores de la síntesis de estrógenos o radioterapia pélvica. El tratamiento del cáncer hormonodependiente, como el cáncer de mama, o el tratamiento del cáncer ginecológico (útero, ovarios, cérvix…) impacta directamente sobre la salud de tu pelvis y, por tanto, de tu suelo pélvico.
¿Conocías todos estos síntomas?
Recuerda
que cuidar tu suelo pélvico es vital para una vida saludable y, si necesitas
ayuda, mi equipo y yo podemos ayudarte infinito.
Laura Pastor. Directora de Evexia Salut. Fisioterapeuta especialista en reeducación uroginecológica y salud sexual humana. Psiconeuroinmunóloga clínica. Docencia y divulgación.