Cómo influye la prolactina en tu deseo sexual
La prolactina elevada puede alterar el deseo sexual y la excitación a través de efectos neuroendocrinos directos e indirectos. Los bailecitos hormonales que vive muchas veces tu cuerpo serrano te pueden hacer alguna jugarreta.
Te explico un caso reciente...
No hace mucho, atendí a una paciente que vino a la consulta con un sinsentido de sensaciones y una vorágine de disconfort en muchas áreas de su vida.
El malestar se había hecho patente sobre todo en la esfera sexual. Una montaña rusa que se había iniciado sin un detonante claro, pero le hacía la vida imposible de llevar.
Vino a verme principalmente por dolor en las relaciones íntimas. Aunque, en general, todos los síntomas empezaron a raíz de iniciar un tratamiento farmacológico muy concreto.
Sentía ganas repentinas de llorar, labilidad emocional, fatiga 24/7, alta irritabilidad, malestar general, ansiedad... Descenso en picado del deseo sexual y, a partir de aquí, cadena de acontecimientos: incapacidad para sentir placer, mucha dificultad para la excitación, falta de lubricación vaginal y dolor genital.
Por suerte, en seguida dimos con el quid de la cuestión. Unas analíticas recientes revelaron que tenía la prolactina por las nubes. Después de investigar el origen de la hiperprolactinemia (importante siempre descartar un hiperprolactinoma), su doctora le dio el tratamiento clave para bajar la prolactina hasta niveles normales y, en su caso, la mejoría fue absoluta (por no decir alucinante).
Puñetera hormona... la que había liado.
No siempre es así, pero los desbalances hormonales pueden estar detrás de toda una consecución de sensaciones contradictorias, imposibles de dominar o entender, y malestar general.
Aunque es ante todo conocida por su función en la lactancia, la prolactina es una hormona implicada en más de 300 procesos metabólicos de tu organismo.
La prolactina se sintetiza mayormente en la glándula hipófisis, pero también a través de otras zonas del cuerpo como son algunas áreas del cerebro, la próstata, las células inmunitarias, la piel, el tejido adiposo o la placenta.
El nivel de prolactina varía según tu entorno externo y tu entorno metabólico interno
La prolactina se sintetiza en respuesta a estímulos muy diversos, por ejemplo, el consumo de determinados nutrientes, tratamientos hormonales con estrógenos, la toma de determinados medicamentos psicoactivos o antihipertensivos, el estrés y el miedo, el ciclo menstrual, después de realizar ejercicio físico intenso... y después del orgasmo en la respuesta sexual.
Los niveles altos de prolactina no siempre son patológicos
Cuando los niveles están por encima de 25 ng/mL, se definen convencionalmente como hiperprolactinemia.
Después de sentir estrés, miedo... o después de realizar ejercicio físico de alta intensidad (lo que no deja de ser una manera de estrés saludable), los niveles plasmáticos de prolactina aumentan rápidamente (hasta 90-100 ng/mL) y luego descienden progresivamente una vez el estímulo ha concluido.
La prolactina también aumenta considerablemente en el embarazo y la lactancia, pudiendo alcanzar los 200 ng/mL.
Y en mujeres sanas, los niveles de prolactina se elevan muchísimo después del orgasmo. Ninguno de estos casos se considera patológico, sino una hiperprolactinemia funcional.
La relación entre prolactina y dopamina es fundamental para la respuesta sexual
La dopamina es el neurotransmisor fundamental para que se activen tu respuesta sexual, tus ganas, tu deseo, tu pasión... Después de tener un orgasmo, la prolactina aumenta drásticamente y se produce una inhibición temporal de la síntesis de dopamina. Esto mitiga el deseo y la excitación sexuales. Es algo transitorio a la vez que necesario para equilibrar los complejos circuitos que median en tu respuesta sexual. Sin embargo, un desequilibrio permanente en esta relación entre dopamina y prolactina puede favorecer la aparición de disfunciones sexuales.
Síntomas relacionados con hiperprolactinemia disfuncional
La prolactina alta produce una disminución de dopamina y un aumento de la serotonina. Este desequilibrio se puede manifestar como:
- Inhibición del deseo sexual, la excitación, la lubricación, el orgasmo y dificultad con la satisfacción sexual general.
- Apatía, tristeza inexplicable y alta labilidad emocional.
- Fatiga matutina aun habiendo dormido.
- Sequedad vaginal.
- Alteraciones menstruales.
- Sensibilidad en los pezones e incluso pequeñas eyecciones de leche fuera de períodos de lactancia (galactorrea).
- Eyaculación precoz y disfunción eréctil.
Algunas condiciones habituales en las que el exceso de prolactina puede dificultar una respuesta sexual favorable
- Durante la lactancia materna. El aumento de prolactina, el descenso de dopamina y factores biopsicosociales añadidos, hacen que en el período de lactancia la respuesta sexual se pueda ver temporalmente afectada. ¡Pero este estado no es patológico!
- Durante la transición hacia la menopausia.
- Si te estás medicando con determinados fármacos psicoactivos.
- Si padeces de hipotiroidismo o problemas de hipófisis.
- Si padeces alteraciones menstruales como síndrome de ovario poliquístico o amenorrea.
- Si tienes desequilibrios importantes en cuanto a déficit de andrógenos, estrógenos, glucocorticoides y/o tiroxina.
Curiosamente, la hiperprolactinemia funcional que sucede en situaciones estresantes aleatorias, puede modular la respuesta sexual y disminuir la aparición de disfunción sexual. Es decir, picos aleatorios y puntuales de estrés, mejoran la tolerancia a la hiperprolactinemia.
Recuerda: las hormonas son moduladoras, no elementos decisivos para la conducta sexual
La revisión de la prolactina ante la aparición de problemas sexuales puede ser un biomarcador interesante a tener en cuenta en el contexto del modelo biopsicosocial para abordar problemas sexuales. Importante siempre no perder de vista el conjunto global y evitar ser reduccionista. Los desequilibrios hormonales han de monitorizarse y tenerse en cuenta en la disfunción sexual porque modulan el comportamiento, la actitud y la toma de decisiones, pero el ser humano se guía por modelos de respuesta muchísimo más complejos que van más allá de los resultados de una analítica.
Laura Pastor. Fisioterapeuta y psiconeuroinmunóloga clínica. Especialista en reeducación uroginecológica y sexología.